La Ligue 1+ promete “sumergir” a los espectadores para atraerlos mejor
Esta es una de las promesas del nuevo canal de fútbol profesional francés , Ligue 1+: una mayor inmersión del espectador, si no en el partido, al menos en la vida de los equipos. En el menú de la primera retransmisión del partido ( Rennes-Marsella , viernes 15 de agosto), se muestran secuencias en el autobús del equipo, en sus vestuarios y en la de los árbitros...
"La previa del partido debe dar un poco más de espacio a los actores en vivo, los jugadores, los entrenadores, los árbitros, para evitar quedar atrapados entre periodistas y asesores en la banda", explicó Jérôme Cazadieu , director editorial del canal. Sin embargo, ¿es la inmersión una mejora?
Cámaras y micrófonos invasivosPor ejemplo, esto implicará supervisar los calentamientos con cámaras móviles en el campo, equipar a un miembro del personal con un micrófono y entrevistar al entrenador antes del inicio de la segunda parte o a un jugador sustituido durante la misma. Un camarógrafo incluso podrá entrar al campo durante la celebración de un gol, rompiendo así la intimidad del terreno de juego.
En la misma línea, se está negociando con las autoridades el uso de una "ref cam" , una cámara que portó el árbitro durante el último Mundial de Clubes y que se probó en la Premier League esta temporada. Esta idea amplía la del sistema de sonido para árbitros .
La falta de acceso a la cobertura tras bambalinas de clubes y partidos fue precisamente una de las quejas que esgrimió la emisora de la temporada pasada, DAZN, en su disputa con la Ligue de Football Professionnel (LFP). El operador lo consideró una de las razones de su baja cifra de suscriptores y un compromiso incumplido por la liga.
Ante esta exigencia compartida por los anteriores locutores, los clubes se muestran reacios a dar acceso a su vida privada y al "secreto del vestuario", menos por miedo a filtrar indiscreciones tácticas que por debilitar la necesaria separación entre las bandas y el escenario.
En un entorno sobreexpuesto por los medios de comunicación, la presencia invasiva de cámaras y micrófonos presenta riesgos, como la revelación de tensiones internas o incluso declaraciones polémicas, o incluso la distracción de los jugadores.
Sumergir sin ahogarseEsta promesa de inmersión ya era la de Canal+ en noviembre de 1984 , cuando el nuevo canal codificado comenzó a transmitir el campeonato francés . Charles Biétry, jefe del departamento de deportes, diría más tarde que quería «añadir profundidad, emoción y sonido a este fútbol, que entonces se televisaba en dos dimensiones ». «Queríamos ofrecer un espectáculo total, captar las emociones en los rostros», añadió el director del primer partido, Jean-Paul Jaud. La nueva gramática de la retransmisión deportiva estaba tomando forma.
Hay cámaras repartidas detrás de las porterías y a lo largo del pasillo de acceso al campo, junto con micrófonos para captar el ambiente y dar voz a los jugadores. Los periodistas aparecen en el borde del campo. Hasta la década de 2010, era habitual presenciar las caóticas celebraciones en el vestuario del equipo ganador.
La producción pretende ahondar en el propio partido. De cinco cámaras durante el Nantes-Mónaco inaugural en 1984, el número de cámaras aumenta a unas treinta y el de planos a varios cientos . Cámara lenta, primeros planos de rostros, cortes de jugadores con el balón en los pies, en los banquillos, en las gradas... aunque este metaespectáculo nos haga perder de vista el partido y nos sumerja en las imágenes .
Sin embargo, en un contexto en el que las relaciones entre las partes interesadas y los medios de comunicación son a la vez tensas y relajadas, en el que la comunicación entre los clubes está cada vez más regulada y neutralizada, y en el que los riesgos de controversia aumentan, esta penetración de los organismos de radiodifusión en la privacidad de los equipos pronto no se dará por sentada.
¿Qué opciones editoriales?La Ligue 1+ pretende implementar gradualmente su intervención para no molestar a los clubes. Estos, por su parte, responderán con mayor beneplácito a esta solicitud, ya que su supervivencia depende del éxito del nuevo canal.
Queda por ver si este enfoque mejora la calidad del programa y la experiencia del espectador. El valor añadido de las entrevistas a los jugadores, especialmente en el descanso, es cuestionable dado su formato. Todos estos "extras" no son realmente nuevos y no pretenden reinventar el fútbol televisado ni llevarlo al siguiente nivel.
La idea es ofrecer una narrativa más convincente, aunque no necesariamente más cualitativa, sin cuestionar las decisiones editoriales habituales, como las que rodean la producción de partidos. A la hora de restablecer la conexión con el público del fútbol francés, cualquier esfuerzo e innovación serían bienvenidos.
Las primeras impresiones sugieren que las transmisiones posteriores al partido (con un elenco excesivamente masculino, sin embargo) dejarán más espacio para el análisis del partido, con el apoyo de imágenes y experiencia, y evitarán la trampa del programa de entrevistas despotricadoras. Al menos podemos esperar una moderación en la denigración ritual de los árbitros .
Porque el problema más evidente en la Ligue 1+ es que se trata de un canal institucional que, incluso más que los titulares de derechos tradicionales, debe vender su producto. Se habla menos que nunca de analizar críticamente el fútbol francés: su economía, su gobernanza, sus relaciones con el público. Sin embargo, la Ligue 1+ es fruto de ello.
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